Coaching nutricional

«Coaching» en inglés significa «entrenamiento», y este sistema, aplicado en la consulta de un dietista-nutricionista, es decir, centrado en la alimentación y en los factores que influyen en ella es lo que sería el coaching nutricional.

De esta forma, lo que se hace en una consulta de nutrición y dietética donde se aplican herramientas del coaching nutricional, como es el caso de la nuestra, es reforzar las cosas positivas que ya tiene la persona y, trabajar sobre las áreas de mejora (aquellas cuestiones que le impiden llegar a su objetivo).

Es algo así como «entrenar a la gente»… pero en alimentación…Mucha gente concibe «estar a dieta» como un sacrificio, como algo malo, y por tanto esperan que dure lo mínimo posible.

Se embarcan en proyectos muy complicados porque tienen que cambiar muchos de sus hábitos: la comida, la compra, la hidratación, la actividad física. Y además, en muchas ocasiones los cambian por cosas o costumbres muy alejadas de lo que hacían hasta el momento. De esta forma, es habitual que estos cambios duren poco en el tiempo y tarde o temprano, la persona vuelve a las rutinas de siempre. Desde el coaching se trata de entrenar para cambiar pero la persona es la protagonista de su propio cambio de modo que es el profesional el que se adapta al ritmo de cambio de la persona, buscando que los cambios sean estables y duraderos.

El primer paso del coach nutricional es ayudar a las personas a definir uno o varios objetivos de cambio. Aunque suene extraño la mayor parte de los pacientes no acuden a consulta con un objetivo claro. Acuden buscando resultados (pe: «bajar de peso»; «mejorar mi analítica») pero no han definido objetivos de cambio para llegar a ello (pe:»comer más verdura y menos dulces»; «dejar de picar entre horas»; «reducir el alcohol»…). Y este punto es clave para conseguir cambios de hábitos que permitan que los resultados sean estables y duraderos en el tiempo.

A partir de ahí, pondremos toda la atención del tratamiento en hacer visibles los pequeños logros que la persona ha ido haciendo relacionados con el objetivo de mejora que ha establecido ayudándola a ser consciente de cómo lo ha conseguido y orientándola en estrategias que potencien el cambio en esa dirección.

Algunas personas quieren bajar grasa, otras subir músculo, otras poder gestionar mejor su alergia o intolerancia, otras tienen las analíticas muy desajustadas y al médico preparado para recetar pastillas, o llevan tiempo a tratamiento, otras se han independizado hace poco y tienen dudas y necesitan ideas sobre cómo gestionar la alimentación, quien trabaja a turnos o viaja, las familias preocupadas por la alimentación de los peques… es que cada persona es única.

Así como su ritmo de cambio, por eso es el profesional quien debe ajustarse a la persona y no la persona la que adapte al tratamiento. De esta forma, el ritmo lo marca el paciente, tomando decisiones de la periodicidad de las sesiones. De este modo, en nuestro servicio de nutrición y dietética no es habitual citar a los pacientes todas las semanas, la periodicidad de las citas es establecida por el paciente quien decide para qué necesita ayuda y qué puede hacer solo. En consulta, según los objetivos que se haya propuesto, vemos si es necesaria una nueva sesión y si es así, cuándo.

El coaching nutricional y sus técnicas contribuyen a luchar contra una de las dificultades más frecuentes de los pacientes que se enfrentan a mejorar su alimentación: la ansiedad y la gestión del denominado «hambre emocional».