Paso 1: Quitar el pañal y esperar
Ármate de buenas dosis de paciencia. Al quitar el pañal no hay forma de dulcificar el asunto, habrá meadas aseguradas. Por ello a los papás y mamás no les queda otra que prepararse para una temporadita de sábanas y pijamas mojados y por tanto un aumento de coladas semanales. Algunas recomendaciones para llevar esta etapa con mejor humor:
- Cubrir bien el colchón (fundas de colchón que no calen)
- Tener juegos de cama abundantes y unos cuantos pijamas
- Humor y paciencia 🙁
Es importante dedicar un tiempo previo a motivar y crear en el niño o niña el interés por quitar el pañal y por «enseñar a su vejiga a ir a hacer pipí al retrete», incluso si las ganas entran por la noche. Para ello:
- Normalizar con él o ella el hecho de que habrá muchas noches mojadas hasta que «la vejiga aprenda». Ej: él o ella no se acuerda porque era un bebé pero se cayó muchas veces antes de que sus piernas aprendiesen a caminar (¿te acuerdas aquella foto en la que estás tumbado/a o en brazos? Aún no sabías caminar. Puede aprovecharse para enseñarle fotos de esos momentos)
- Si ya controla el pis o la caca durante el día, ayudarle a ver que el hecho de que hacerse pis fuera del pañal no son más que sábanas y pijamas mojadas que se lavan y listo. Entendiendo que esto forma parte de la rutina de “enseñar a la vejiga a hacer pis» en el retrete también por las noches.
Paso 2. Utilizar métodos específicos para ayudarle a no hacerse pis sólo cuando hemos constatado que existe un problema.
Y ojo, esto se diferencia claramente de encontrarnos con intentos infructuosos a la hora de quitar el pañal. Me explico, una cosa es que no consigamos quitarlo cuando queremos (ver artículo «Cuándo quitar el pañal») y otra muy distinta es que hayamos constatado que el niño tiene un problema con el control de los esfínteres. Como criterios básicos de diferenciación podéis usar los siguientes:
- que tenga más de seis años.
- y que ya probásemos durante mucho tiempo el punto 1 (quitar el pañal y esperar a que el cuerpo se autoregule)
En este caso lo mejor puede ser consultar con un psicólogo, primero que nos ayude a constatar si existe un problema y si lo hubiera, que nos apoye y oriente para poner en marcha algún método específico que nos ayude a afrontarlo.
Paso 3. No eliminar las precauciones por «riesgo de escape», ni en la noche, ni en el día hasta que haya pasado mucho mucho tiempo.
Aunque controlen 100% sus esfínteres es normal que de vez en cuando se hagan pis por diferentes motivos: están enfermos; muy cansados; preocupados; distraídos; han llegado nuevos hermanos…Por tanto, si queremos evitar disgustos innecesarios lo mejor es pecar de precavidos y mantener los empapadores de cama y otras precauciones hasta que sea mayor.