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«Consejos» en la crianza

«Consejos» en la crianza
noviembre 14, 2012

clinicayuremadelafuente

Este artículo va dirigido a todos los profesionales y a las familias que tienen la oportunidad de tener contacto con papás y mamás. Y a través de él me gustaría invitarles a que abandonen prácticas que se sustenten en el consejo paternalista o en mensajes del tipo «tu lo que deberías hacer es…»

Los nuevos papás y mamás necesitan que llevemos a cabo acciones que disminuyan sus preocupaciones.

El desajuste hormonal, las molestias postparto, el cansancio generado por la falta de sueño y los cuidados que el bebé exige las 24 horas al día, son estresores suficientes para que algunos padres y madres vivan con agobio los primeros meses de vida de sus bebés. Además, es frecuente que cada familia viva otras situaciones estresantes no directamente relacionadas con el nacimiento del bebé (preocupaciones laborales, otros hijos e hijas, dificultades económicas…).. Estas situaciones influyen de forma significativa en las estrategias que las familias adoptan para llevar a cabo los cuidados que su bebé requiere.

En esta situación de especial vulnerabilidad, los padres y las madres reclaman y reciben con agrado las ayudas y los consejos de familiares más expertos y de los profesionales que tratan al bebé.  Con la mejor voluntad pero sin ser conscientes de las consecuencias, a menudo encuentran en ellos respuestas que hacen aumentar su estrés y su sensación de que nunca llegarán a controlar la situación.

Las respuestas dirigidas a “cómo deberían llevar a cabo los cuidados del bebé” «qué cosas no deben hacer» y qué otras sí deben hacer pues sino el bebé corre el riesgo de «coger malos hábitos», contribuyen a que las preocupaciones a cerca de si lo que están haciendo con sus hijos es lo «correcto», aumenten. Los padres se encuentran así con consejos en unos casos contradictorios entre sí y en otros difícilmente adaptables a sus situaciones personales.

El resultado son padres y madres que después de unos meses del nacimiento de su hijo o hija se muestran más inseguros que al principio. O cuando deciden llevar a cabo prácticas diferentes a lo que les han recomendado, padres y madres que mienten a su entorno con el objetivo de evitar sentirse juzgados.

Cuando ofrecemos fórmulas genéricas sobre las prácticas que debemos llevar a cabo para cubrir las necesidades de los bebés, estamos olvidando la enorme capacidad de adaptación y de aprendizaje con la que contamos las personas, también los padres y las madres. Renunciamos además a la creación de nuevas fórmulas y estrategias más acordes con las particularidades de cada familia y de cada niño o niña, siendo los padres y las madres quienes cuentan con mayores recursos para crearlas.

Por otro lado, las decisiones sobre la forma en la que en la que prestamos los cuidados o las atenciones que necesitan los bebés pertenecen al ámbito más íntimo de las familias y si queremos apoyar su parentalidad, no debemos involucrarnos.

Reivindico la necesidad de centrar nuestras ayudas, las profesionales y las familiares, en informar a los padres y madres solamente a cerca de las necesidades de sus bebés e invitarles a que sean ellos quienes tomen las decisiones sobre cómo desean satisfacerlas. Son ellos quiénes más saben sobre qué estrategias se adecuan mejor a sus circunstancias personales, a sus recursos y a sus potencialidades. Orientemos entonces nuestro esfuerzo y nuestro apoyo hacia prácticas que les ayuden a descubrirlas.

 Algunas lecturas:

–          “Educar sin estrés” de la autora Judy Arnall. Editorial Medici

–          “Bésame mucho” del doctor Carlos González