Inteligencia Emocional para Emprendedores
clinicayuremadelafuente
En un momento como el que estamos viviendo donde se extiende el desánimo, se hace aún más importante la gestión adecuada de nuestras emociones. Afortunadamente, a eso también se aprende y nunca es demasiado tarde para ponerse a la tarea.
Los días 26 y 28 de Noviembre tuve el gusto de compartir un taller de Inteligencia Emocional con otros emprendedores del concejo de Siero.
El taller fue conducido por el psicólogo Miguel Silveira y organizado por la Agencia de Desarrollo Local de Siero, entidad que demuestra con su trabajo una gran preocupación por el desarrollo del Concejo. Con esta actividad contemplan las habilidades de comunicación y las habilidades de gestión de las emociones como esenciales en la buena gestión de los proyectos emprendedores.
Veamos algunas pistas que nos ofrece la psicología:
Escuchemos de forma activa
Escuchar no es solo prestar atención a los mensajes verbales de nuestro entorno, de las personas con las que trabajamos, de nuestros colaboradores y proveedores, de nuestros clientes…La escucha activa va más allá. Necesitamos prestar atención a lo que les sucede, a cómo están y cómo es su estado emocional ¿está molesto?¿hay algo que no estoy contemplando?. En definitiva, aumentar nuestra preocupación por ellos.
Los beneficios de una escucha activa serán rápidamente reconocidos: detección temprana de necesidades, disminución de conflictos y de malos entendidos, tomas de decisiones más acertadas…Cuando somos capaces de conocer bien a las personas, organizamos mejor el trabajo y ajustamos mejor nuestros proyectos a las necesidades del mercado o en mi caso, a las necesidades sociales.
Fallos habituales:
– Obviar o dejar que nos pasen desapercibidas informaciones que son esenciales para entender a los otros. Cuando escuchamos prestando verdadera atención a lo que nuestros interlocutores nos dicen con sus mensajes verbales y no verbales, recibimos mayor información.
– Introducir, de nuestra cosecha, información que no nos han dicho. Aclaremos nuestras dudas preguntando. Por ejemplo: ¿te ha molestado algo?.
Seamos eficaces cuando comuniquemos
Debemos de tener en cuenta las consecuencias o el efecto que queremos producir en las personas con las que nos relacionamos. Y con ello planificaremos cómo vamos a expresar lo que queremos decir.
Fallos habituales:
– Mostrarnos impulsivos y lanzar mensajes bajo los efectos de una emoción muy intensa. En estos casos corremos el riesgo de que cuando la emoción haya disminuido nos arrepintamos de lo que hemos dicho.
¿Qué hacemos entonces con nuestras emociones?
Para llevar a cabo una adecuada comunicación necesitamos gestionar de forma efectiva nuestras emociones.
Conocernos será el primer paso y marcarnos metas, el segundo. Podemos conseguir lo que nos propongamos, eso sí, paso a paso y es posible que haya tropiezos en el camino, con ellos aprenderemos.
No desistamos, es posible aprender a contestar asertivamente, a llevar a cabo un afrontamiento adecuado de situaciones potencialmente conflictivas, a evitar generar otras que lo sean, a auto motivarnos, a recuperar y despertar nuevas ilusiones…
El trabajo en una mejor gestión de nuestras emociones y de las que generamos en los demás nos ayuda a mantener alto nuestro ánimo y nos permitirá bloquear la influencias hostiles del entorno que en este momento compartimos.
«Todos podemos enojarnos, eso es fácil. Pero enojarnos con la persona correcta, en la medida justa, en el momento adecuado, por la razón pertinente y del modo apropiado – eso no es fácil «– Aristóteles