El pasado 16 de diciembre la Fundación Meniños convocó en Asturias a todas aquellas familias que tienen en acogimiento o en adopción a niños y niñas del programa “Se buscan abrazos”.

Acudieron un total de 18 familias y en torno a 28 niños y niñas. Gracias a los servicios de intervención psicológica y social que desarrollamos, tuvimos el gusto de compartir con Meniños una actividad orientada a potenciar la interacción y la comunicación familiar. Para ello, situamos a adultos y niños en un ambiente de juego.

Con una invitación ambientada en un viaje, instamos a las familias a que preparasen juntas el equipaje así como unos distintivos que les diferenciasen del resto de familias. Fue una buena excusa para ofrecerles oportunidades de cooperación y negociación ya antes del encuentro.

Un encuentro diferente…

A su llegada, encontraron que el salón reservado para Meniños se había convertido en todo un aeropuerto. Sala de embarque, tripulación, tarjetas de embarque, asientos formando un avión… ¡Empezaba la fantasía!

Grandes y pequeños se implicaron en el viaje.  Llegaron con sus equipajes y con sus distintivos familiares, tal y como señalaba su invitación. Algunas camisetas señalaban “we are family”, otros acudían disfrazados, maquillados, con broches, chapas o adornos confeccionados por ellos mismos;  pañoletas, camisetas y ropa similar…

“Señores pasajeros,  bienvenidos al vuelo de Meniños con destino a las Islas Perdidas. Asegúrense  de que los adultos que les acompañan cumplan las normas y no les pierdan de vista durante el vuelo”

El resumen del día…

Nos dio la bienvenida el Comandante, alias don Jacinto Braña Santos, Director de Políticas Sociales del Principado de Asturias. Tras el despegue “perdimos” a un pasajero, tuvimos que mezclarnos y conocernos para encontrarlo cuando…. ¡pi, pi, pi, pi, pi!) sonaron las alarmas. Primero un simulacro, pero a los pocos minutos comenzaron las maniobras para un aterrizaje real de emergencia. Los pasajeros abandonaron el avión tal y como la tripulación les habíamos indicado en las normas de seguridad y gracias a esto salimos del avión sin incidentes.

Fuimos muy afortunados,  el avión aterrizó en una zona repleta de islas. Cada familia escogió la suya y trabajaron para construir todo aquello que considerasen más oportuno para vivir con comodidad. Recibieron unas instrucciones básicas pero, era su isla, su fantasía, contaban con libertad absoluta para crear: un nombre nuevo, normas nuevas, saludos diferentes, animales típicos…

A continuación, recogemos algunos resultados:

Isla a isla aprendimos que cuando adultos y niños trabajamos juntos ¡somos la mar de creativos!, que podemos divertirnos pintando, jugando, arrugando papeles y creando…que mayores y pequeños necesitamos pasar tiempo juntos, divirtiéndonos…

Niños y niñas, padres, madres, acogedores y familiares, dirección de políticas sociales, equipo técnico de Meniños, ¡gracias por haber hecho este encuentro tan especial!.

Nos encantará acompañarnos en viajes sucesivos.

 María Riega, trabajadora social