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Utilizar el presente como fuente de «felicidad»

Utilizar el presente como fuente de «felicidad»
agosto 7, 2013

clinicayuremadelafuente

piensa en presente

» Centrar nuestra atención en cada momento sólo en lo que estamos haciendo o viviendo, como clave para sentirnos bien».

Hace un tiempo, escuché a Elsa Punset explicando, a partir de un conjunto de investigaciones sobre la felicidad, cómo algunas tareas cotidianas como cocinar, conducir, tomarse un aperitivo, mantener una conversación con un amigo…podían hacernos realmente «felices» o al menos generar en nosotros emociones muy positivas. La clave está en que, mientras las desarrollamos, seamos capaces de centrar, de forma exclusiva, nuestra atención en ellas. Cuestión que raramente llevamos a la práctica en este tipo de actividades pues su semi-automatización hace que veamos estos momentos como los más idóneos para pensar y dar rodeos mentales a otros asuntos que nos preocupan.

Por tanto y según las propias recomendaciones de Elsa Punset, la clave no está en las actividades que desarrollamos sino en la forma en la que las llevamos a cabo. Para disfrutar de ellas debemos de ser capaces de centrar toda nuestra atención en el presente, en lo que estamos haciendo en cada momento. Afortunadamente esta forma de hacer, como tantas otras cuando hablamos del comportamiento humano, podemos aprenderla y entrenarla tan solo con pequeños esfuerzos.

Cuando observes que llevas un buen rato en el que tu mente y tu cuerpo han estado separados durante un tiempo es el momento de de parar y traer a tu mente al instante físico que estás viviendo, retomando tu atención hacia la tarea que estás desempeñando. Y lo mejor, según esto practicar el presente no solo vendrán bien para favorecer estados de ánimo positivos, también mejorá nuestros guisos «¿cuántas veces se me ha olvidado la sal por tener mi mente a otras cosas mientras cocino?». 

Relacionado con esto pero dirigido no sólo a las actividades que desarrollamos, se encuentran algunas prácticas de relajación que nos ayudan a hacer conscientes nuestros pensamientos, sentimientos y las circunstancias vitales por las que estamos pasando, ayudándonos a aceptarlas tal y como son:

El Mindfulness 

(«Rincón de la Psicología»-Jennifer Delgado Suárez):

Se considera mindfulness a una cualidad de la mente que implica estar presente en cuerpo y alma en un instante determinado. El psicólogo Daniel Goleman la definió como “estar frente a la desnuda realidad de la experiencia, observando cada evento como si estuviera ocurriendo por primera vez”.

El mindfulness es, básicamente, una forma de vivir a través de la que se promulgan algunos principios básicos:
  • Centrarse en el presente. En el mindfulness concentrarse en el presente significa sentir las cosas tal y como suceden, sin intentar controlarlas o juzgarlas a través de nuestro tamiz de experiencias. No intenta cambiar un pensamiento negativo por uno positivo sino que simplemente se centra en el pensamiento en sí. ¿Qué utilidad tiene esto? La de aceptar las experiencias y las sensaciones tal y como ocurren, sin sesgos a la realidad. En resumen, se trata de no perderse la experiencia presente por lo que tendría que suceder o lo que ya sucedió.
  • Abrirse a la experiencia. Concentrarse en lo que sucede nos permite priorizar las emociones y los hechos frente a la interpretación que hacemos de ellos. En práctica, cuando se experimenta algo, no se intenta poner en palabras ni se juzga, simplemente se focaliza en el fluir de las emociones. De esta manera evitamos que los prejuicios interfieran en la experiencia.
  • Aceptación total. Se trata de focalizarse en el momento actual sin hacer ningún tipo de valoración y aceptando la experiencia tal como es. En punto no se hace referencia a las emociones positivas o negativas sino simplemente a lo que estamos experimentando, aunque sea desagradable. De hecho, en el mindfulness se acepta el enfado y el malestar porque no son emociones de las que tengamos que huir sino que es necesario aceptarlas y comprenderlas.
  • Renunciar al control directo. En el ámbito de la Psicología conocemos que la tendencia al control es una de las principales fuentes de displacer y problemas. Sin embargo, en el mindfulness la persona no intenta controlar sus sentimientos y emociones sino que los experimenta tal y como se producen. El simple hecho de renunciar al control ya es de por sí liberador porque nuestra sociedad nos induce de manera casi enfermiza a intentar controlarlo todo y, en ese intento desesperado por controlar lo que no podemos, surge el estrés.
  • Elegir las experiencias. En realidad el mindfulness no consiste simplemente en aceptar todo lo que sucede. Una vez que hemos aprendido a liberarnos del tamiz de nuestras creencias limitantes, podemos decidir en qué implicarnos, sobre qué actuar y sobre qué focalizarse. Una persona que practica el mindfulness también tiene planes de futuro y, obviamente, no se desliga por completo de sus experiencias pasadas sino que aprende a darle a cada cosa su justa medida.

 Es el momento, ¡pon alguna de estos principios en práctica!