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¿Qué es la integración?

¿Qué es la integración?
mayo 20, 2016

clinicayuremadelafuente

«Como padres estamos programados para intentar proteger a nuestros hijos de todo sufrimiento y dolor, pero en realidad eso es imposible. Nuestros hijos se caerán, se sentirán heridos y sufrirán miedo, tristeza y enfado. De echo a menudo estas experiencias difíciles son las que les permiten crecer y descubrir el mundo. Por tanto, en lugar de intentar ahorrarles las dificultades inevitables de la vida, podemos ayudarlos a integrar esas experiencias en su visión del mundo y aprender de ellas. La manera en la que nuestros hijos dan sentido a sus jóvenes vidas no solo tiene que ver con lo que les ocurre sino también con la respuesta de sus padres, maestros y otros cuidadores». Daniel Siegel

Propongo la siguiente lectura para entender el concepto de integración cerebral. A través de ella conocemos diferentes estrategias educativas que contribuyen a un desarrollo de un cerebro sano en los niños y niñas.

Daniel Siegel y Tina Pyne nos proponen el concepto de «cerebro integrado». De inicio, con ese nombre, parece  un concepto complejo, en cambio y gracias a la publicación que os presento ya en las primeras páginas deja de parecerlo. Con un lenguaje sencillo, con ejemplos del día a día, nos traducen a la vida cotidiana algunas de las evidencias encontradas a través de las neurociencias sobre cómo ayudar a los niños y niñas en el desarrollo de un cerebro sano, integrando lo emocional como parte esencial de éste. Lectura muy recomendable tanto para profesionales, como para familias.

El concepto de «integración»

El cerebro tiene muchas partes distintas, cada una de ellas con funciones diferenciadas. Hay un lado izquierdo que nos ayuda a pensar de una manera lógica, a organizar pensamientos para construir frases; hay un lado derecho que nos ayuda a experimentar emociones, a interpretar las señales no verbales; tenemos un cerebro primitivo (situado en la parte más interna) que nos permite actuar instintivamente y tomar decisiones relacionadas con la supervivencia; un cerebro de mamífero que nos orienta hacia las relaciones, la conexión con los otros y el establecimiento de vínculos; otra parte se encarga de la memoria; otra, de tomar decisiones morales y éticas

Siegel y Pyne nos proponen como clave en el desarrollo, ayudar a las distintas partes de su cerebro a funcionar bien conjuntamente, a comunicarse bien entre sí, a establecer un buen equilibrio entre sus funciones, en definitiva: a integrarlas. La integración toma las distintas partes del cerebro y las ayuda a trabajar juntas como un todo. Lo definen como algo similar a lo que ocurre en el resto del cuerpo, compuesto por varios órganos y para que el cuerpo esté sano, todos sus órganos necesitan hallarse integrados. Cada órgano necesita desarrollar su función individual al tiempo que todos juntos funcionan también como un todo y no como una suma de partes.

Por tanto lo que hace la integración es coordinar y equilibrar las distintas regiones del cerebro. Es sencillo observar cuando los niños/niñas no están integrados: los superan sus emociones, están confusos y actúan de manera caótica. No son capaces de responder de una manera serena y competente a las situaciones a las que se enfrentan. Las pataletas, las crisis, la agresividad, y casi todas las demás experiencias desafiantes para la paternidad y maternidad y para la vida, son el resultado de una pérdida de integración, también conocida como des-integración. 

Contar con un cerebro integrado «horizontalmente» nos permite que la lógica del hemisferio izquierdo pueda trabajar bien con sus emociones del hemisferio derecho. Tener un cerebro integrado «verticalmente» permite que las partes físicamente situadas en una parte superior del cerebro les permitan ver sus propias acciones de una forma reflexiva y por tanteo trabajen bien con las partes inferiores, más relacionadas con el instinto, las reacciones viscerales y la supervivencia.

 Recogida en el libro «El cerebro del niño»

Integrar el hemisferio izquierdo con el derecho:

  • Conectar para después redirigir.
  • Ponle un nombre para domarlo.

Integrar la parte superior con la inferior:

  • Activa, no enfurezcas: apelar al cerebro superior.
  • Ejercítalo, úsalo o piérdelo.
  • Muévelo o piérdelo.

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