Las vacaciones de verano son elegidas por muchos padres y madres para quitar el pañal. ¿Porqué en verano?

• Estamos más relajados. Debemos elegir un momento en el que los «efectos secundarios» de quitar el pañal  (camas mojadas, cambios de ropa, retrasos para salir de casa, preparación de cambios de ropa…) no nos afecten tanto.
• Hace calor. El pañal molesta más y puede ser una buena motivación para que el niño o niña quiera deshacerse de él. Además, la ropa que llevamos es más ligera y los cambios de ropa se hacen mucho más sencillos, siendo más ligeros de transportar y menos engorrollos de lavar.
• En septiembre comienza el cole y nos exigen que vaya sin pañal. ¡Cuidado con esta razón! Constituye una motivación lícita y comprensible para las familias pero no suficiente para los niños y niñas. Nos añade además un indicador de alto riesgo si no sabemos manejarlo adecuadamente: La presión.

• Un buen momento para nosotros.
• Pero sobretodo, un buen momento para el niño o niña. Es clave que niño o niña disponga de suficiente madurez. Y en esto existe una elevada variabilidad de unos niños a otros, la edad debe ser un indicador meramente orientativo y en ningún caso un determinante. 

Cada niño o niña nos ofrece diferentes indicadores de que este puede ser un buen momento para él, variando mucho de unos niños/as a otros. Por eso resulta especialmente relevante fijarnos en la «etapa» en la que está y no tanto en su «edad».

De forma orientativa se puede decir que es frecuente que en una etapa muy temprana (entorno al año y medio) los niños y niñas comiencen a darnos algunas señales de que el pañal les molesta, se quejan para ponerlo, les pica, les escuece….Podemos hacer en este periodo un primer intento apelando a la motivación que a ellos mismos les supone no llevar el pañal.

No obstante quizás la etapa más frecuente tenga lugar más adelante cuando existen más probabilidades de que su desarrollo evolutivo le permita controlar mejor los esfínteres (entre los dos y los tres años). Aún siendo mayores, no todos están preparados pero suele resultar este un momento adecuado para probar.

Puede suceder que comencemos a observar indicadores de que no es el momento adecuado: el niño no quiere, se niega a quitarlo; nosotros no estamos preparados para «camas mojadas y cambios de ropa» cada dos por tres; el niño o niña comienza a esconderse para hacer las deposiciones; el orinal se ha convertido en una fuente de conflicto familiar constante; retiene los líquidos durante más de 6 horas…No pasa nada, le ponemos de nuevo el pañal, lo hablamos con él y ya volveremos a intentarlo pasados unos meses.

Artículo cómo quitar el pañal