Lidiar con las emociones: siente, observa, respira, afróntalas
clinicayuremadelafuente
En los últimos meses he pasado por lo que posiblemente sea el momento más difícil de hasta los que ahora me he enfrentado en cuanto a lo que al manejo de emociones se refiere.
Los detalles no son importantes. Enfrentarse al fracaso de algo conlleva siempre la asunción de una pérdida, un dejar, un abandonar…Tomar decisiones es una tarea siempre complicada pues elegir un camino siempre implica renunciar a otro. Asumir riesgos. Y todo esto implica una importante carga emocional.
Esto es así tanto en lo personal como en lo profesional y en ninguno de los dos ámbitos pienso que sea más sencillo que en el otro.
Para las personas como yo que acostumbramos a movernos en el terreno de lo racional, donde quien me rodea siempre me describe como una «deportista entrenada», enfrentarnos a la irracionalidad de las emociones, al vaivén de los impulsos, a la tormenta de los sentimientos…no es tarea fácil.
Evitar ciertas experiencias por el dolor que generan, huir o tapar el sufrimiento o incluso, cuando ya no hay elección posible y este se presenta, buscar la evasión, el borrón y cuenta nueva, es una tendencia natural nada despreciable para los racionales como yo, tal vez también como tú.
¿pero qué pasa cuando no puedes?¿cuándo las experiencias son suficientemente intensas que ni el racional más habilidoso es capaz de escaquearse?. Cuando los sentimientos te absorben y te inunda la ira, la rabia, la tristeza, los celos, el miedo, la vergüenza, o el coraje…o incluso cuando varios de estos sentimientos confluyen y te envuelven por dentro como un tornado…
SIENTE
OBSERVA
RESPIRA
AFRONTA
Este es el momento que te preparará de la forma adecuada para afrontar y pasar a la siguiente fase: la aceptación.
A tí, al racional que me está leyendo, al que observa, analiza y elige la opción más adecuada, en esta ocasión no te servirán tus habilidades. No busques saltarte etapas, no pierdas tiempo en encontrar el camino fácil, esos sentimientos desagradables que ahora estás experimentando son necesarios, párate en ellos, experimentarlos, obsérvalos desde afuera, casi como si fueran de otro. No te sugiero «resignación» sino «compasión contigo mismo», dos conceptos bien diferentes. Quédate en ese proceso el tiempo necesario, ni más ni menos.
Pronto te presentaré una herramienta sencilla pero poderosa que podrá ayudarte, permanece atento. Mientras tanto, busca tus propios recursos para mantenerte presente, para dejar a un lado el pasado y centrarte en experimentar el momento presente, con todas sus sensaciones, las agradables y las desagradables.
Por supuesto, todo esto lo acompañarás de lo que ya sabes: busca actividades, momentos que te desencadenen sensaciones placenteras, gustosas, aunque éstas sensaciones puedan resultar muy efímeras: Un rayo de sol, el ejercicio físico, una comida agradable, la compañía de un amigo, de la familia…Cuando el ánimo es escaso, te ayudará que estas actividades sean cosas sencillas, si lo corporal está implicado, mejor, busca todo aquello que te genere sensaciones físicas agradables. Y no te asustes si tus emociones negativas te estropean algunos de estos momentos, déjalas fluir, experiméntalas y observa cómo se diluyen, lo harán de una forma similar a cómo el sol aparece tras una tormenta. En ocasiones lo harán repentinamente, otras despacio y casi sin darnos cuenta.