¿Qué tiempo está haciendo por dentro?herramientas para manejar tormentas
clinicayuremadelafuente
En el libro “tranquilo y atento como una rana” de Eline Snel aparece la metáfora «¿qué tiempo está haciendo por dentro?» para referirse al chequeo de nuestro estado emocional. Me pareció que justo eso es lo que consigue una herramienta que hace un tiempo comencé a utilizar, casi por casualidad, y que me fue realmente útil: “la libreta para los momentos difíciles”.
Estar presente en lo que sentimos, en las emociones del aquí y del ahora, nos ayuda a obtener un estado de mayor bienestar aún cuando lo que atravesamos son etapas difíciles donde predominan los sentimientos desagradables: una muerte, un fracaso, una ruptura, el diagnóstico de una enfermedad, una depresión…
La tecnología, el ritmo de vida actual, la constante comunicación interpersonal a la que nos obligan las costumbres actuales (teléfono móvil, internet…) nos mantienen hiperconectados al mundo pero eso nos distrae de nuestras sensaciones internas.
"Estamos cada vez más conectados con nuestro alrededor y cada vez menos con nosotros mismos".
«Mi arma personal que me hace sentirme poderosa para protegerme en los momentos de tormenta»
Este verano recibí un paquete de una buena amiga, también psicóloga. Aparentemente era una simple libreta, un detalle para felicitarme el cumple. En cambio, la complicidad que existe entre ambas hizo que se convirtiese en uno de mis instrumentos de apoyo más poderosos: supo elegir justo el detalle que yo sabría cómo aprovechar.
¿Sientes que tus emociones hacia algo te desbordan, te invaden? ¿estás atravesando una etapa difícil a nivel emocional y no sabes gestionar tus emociones? Cuando tus emociones te abruman, contaminan tus pensamientos y no eres capaz a distanciarte de ellas…¡Parate y observalas!. No imaginas el enorme poder terapéutico que esto tiene.
Tener a mano una libreta en la que dedicar un rato a “describir” cómo te sientes, tal y cómo aparece en la portada de la que mi amiga escogió para mi, puede ayudarte a deshacer esa maraña de confusión y malestar que tiende a inundarnos con frecuencia cuando experimentamos sentimientos desagradables.
Yo la utilizo de la siguiente manera:
Observa qué sientes y cuál es el funcionamiento habitual de estos sentimientos. Primero de todo he pasado un tiempo observando cómo llega mi malestar.
Esto me ha permitido saber ahora que debo sacar mi libreta en el mismo momento en el que noto que empieza a visitarme una especie de oscuridad mental provocada por mis pensamientos, yo la he bautizado “ofuscación”.
Poner nombre a tus emociones te ayuda a observarlas con más facilidad. Prueba, al principio parece un tanto ridículo pero luego tiene un efecto terapeútico muy potente y con eficacia demostrada por múltiples profesionales de la psicología («técnicas de externalización, Mark Beyebach»)
Siéntate y elige tu emoción predominante. Abre tu libreta, pon la fecha y elige una palabra que describa la emoción predominante que estás sintiendo. Descubrirás que esta tarea no es sencilla ni rápida. No estamos habituados a identificar con precisión nuestros sentimientos y con frecuencia sentimos confusión entre unos y otros.
Yo he descubierto que cuando me siento confusa entre unos y otros sentimientos se hace más grande y poderosa a mi incómoda visitante, “doña ofuscación”. En cambio cuando dedico un rato a observarlos y a clarificarlos, eligiendo finalmente uno uno, el que mejor describa mi emoción predominante de ese momento, consigo una importante fuente de alivio emocional.
Describe, describe y describe. Busca palabras que describan qué te está ocurriendo y cómo se relacionan los pensamientos y las emociones que en este momento te visitan. Redacta hasta que notes cómo, poquito a poco tu explosión se calma y aunque el sentimiento perdure, obsrva cómo esto te ha ayudado a aceptarlo y logras con ello volver a la calma.
Al igual que la climatología varía de una estación a otra, de un día a otro o incluso de un momento a otro, nuestras emociones y sentimientos también lo hacen.
Puede ser que en otro momento del día el tiempo cambie, pero ahora es como es. Y así está bien. los estados de ánimo cambian. Pasan por sí mismos, sin que tengamos que hacer nada para que esto ocurra.