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¿Se pueden dominar los antojos?

¿Se pueden dominar los antojos?
mayo 29, 2020

clinicayuremadelafuente

Entre la aparición de un antojo o impulso hasta su ejecución, hay un espacio de tiempo del que podemos ser conscientes. En ese espacio, podemos tomar decisiones que nos hagan ver que no siempre el resultado es sucumbir o “caer”.El Dr. G. Alan Marlatt nos muestra su teoría de “Surfear el impulso” como quien surfea una ola. Y es que, al igual que los impulsos, las olas se van haciendo más grandes a medida que se acercan a la orilla, y de igual modo, llega un momento en el que se vuelven de nuevo pequeñas.

En el caso de las olas, el surfista tiene su tabla para poder manejarse sobre ellas. En el nuestro, la respiración será nuestra tabla, y con ella, podremos tomar partida para decidir de una forma más consciente. La respiración nos puede ayudar a ver el impulso venir, hacerse fuerte y marcharse tan débil como el agua que refresca nuestros pies en la orilla, en ese punto, esa ola tan grande es la que cambia a nuestro paso y no al revés.No te agotes intentando eliminar tus antojos.

Enfócate en identificarlos y guiarlos a tu favor.El Dr. G. Alan Marlatt* nos enseña el Refugio PORER (SOBER en inglés):

Imagina que quieres comprar algo muy apetecible pero muy poco saludable con la idea de tenerlo en casa “para los demás” (visitas, hijos/as, parejas, etc.) esta herramienta propuesta por el Dr. G. Alan Marlatt* te puede ayudar a cambiar el resultado:

  • Parar donde estás. Deja de caminar.
  • Observar cómo te sientes: ¿cuáles son las sensaciones físicas y los antojos?
  • Respirar, concéntrate y respira profundamente, luego otra respiración, y centra tu atención allí.
  • Expande tu conciencia para que tengas una idea más amplia de lo que sucedería si compraras ese producto. ¿Cómo te sentirías?.
  • Responde con atención, siendo plenamente consciente.

¿Qué desencadena el antojo o impulso?

Una emoción incómoda como la frustración, el enfado, la ira, el aburrimiento, etc. Puede hacer que queramos recurrir a los productos malsanos para dejar de sentirla, pero ¿y si eso hace que luego me sienta doblemente mal? “no tenía que haberlo comido”, “otra vez igual”, etc. Aparece la culpa, y de nuevo, la frustración, el enfado…

Suelo recomendar que pongamos los antojos o impulsos en boca de un pequeño monstruito, que de forma impaciente y a veces maleducada, nos exige alimentos malsanos o hábitos perjudiciales. Así, siendo un simple monstruito, podremos razonar con él sobre la conveniencia o no de sus caprichos. Le podemos preguntar para qué lo quiere (“para sentirme mejor”, “para dejar de sentirme así/mal”), también le preguntaremos, si realmente es la única forma de conseguirlo (respirar; llamar a alguien que nos agrade; poner una canción que nos guste, etc.).

Supongo que no hay una fórmula mágica. ¡Ojalá!.

Pero dotarnos de herramientas para conseguir lo que realmente queremos es una ayuda, ¿no?.

*El Dr. G. Alan Marlatt es el fundador y director del Centro de Investigación de Conductas Adictivas de la Universidad de Washington, donde desarrolló el programa de tratamiento ambulatorio de prevención de recaídas basada en la atención plena (MBRP). También es autor  de Prevención de  recaídas: estrategias de mantenimiento en el tratamiento de conductas adictivas.  Kevin Griffin entrevistó al Dr. Marlatt en octubre de 2009 en Los Ángeles.*