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Pasados difíciles, futuros vulnerables

Pasados difíciles, futuros vulnerables
octubre 25, 2020

clinicayuremadelafuente

Las raíces importan. Son el sostén, lo que nos ancla a la tierra. Cuando son robustas, fuertes y profundas evitan que los bruscos reveses de la vida provoquen en nosotros desgarros y rupturas capaces de destruirnos por completo.

Cierto que una infancia infeliz no determina la vida, pero no menos cierto que condiciona las vivencias. Nos hace más vulnerables y nos sitúa en una fragilidad de partida de la que no todo el mundo dispone. Pero nuestra infancia es algo fortuito, nos toca una u otra por azar. Tú no has decidido tus raíces. Tus padres, tus hermanos, tus abuelos…el estilo de crianza que han tenido contigo; los conflictos familiares y sus consecuencias…los abusos, las negligencias, las “torpezas”, “ignorancias” y “malhaceres” de quienes eran tus responsables… Nada de eso fue tu responsabilidad. 

Simplemente unos tenemos la buena suerte de nacer en contextos sanos y llenos de nutrientes, otros tienen la mala de nacer y crecer entre desgracias; algunos nacemos entre algodones, otros entre espinas…No necesariamente. Muy al contrario, las experiencias difíciles nos hacen más débiles, más vulnerables, en lenguaje coach: “disminuyen nuestro potencial de éxito en la vida”. 

Me gustaría advertirte, el poder del mensaje “ser fuertes”, está sobrevalorado. “Sé fuerte, no llores, no te hundas, no te caigas”... Ser más vulnerable hace que te caigas con más facilidad, que pases por momentos duros y etapas difíciles de forma más frecuente, que sufras con mayor probabilidad de los contratiempos de la vida: Rupturas, separaciones, conflictos, pérdidas, etapas de desesperanza y desánimo. Desde el punto de vista psicológico, caerse no es el problema. Se consigue la felicidad, el éxito, la superación, el cambio, el avance, gracias a la capacidad de levantarse. Y el número de veces que nos caemos, salvo por el desgaste emocional y el cansancio, tampoco debería preocuparte.

Baja autoestima, miedo a los cambios, introversión y dificultades en las relaciones…

Te contaré una historia. 

Este año la vida me ha enseñado que hay compañías que tienen el poder de hacer que las conversaciones más triviales tengan el potencial de convertirse en reflexiones profundas. Una compañía así, paseando por la Selva de Irati, me contó algo muy curioso sobre las Hayas y los Bosques de Hayas

  • ¿Cuéntote una cosa?
  • ¡Sorpréndeme…!
  • Fíjate, cuando visites un bosque de hayas, sin necesidad de que hayan sufrido los reveses de una gran tormenta, encontrarás que muchos de estos árboles, yacen tumbados, cortando accesos, interrumpiendo el paso... ¿A qué crees que se debe?
    
    Las hayas son árboles de raíces endebles y poco profundas. En cambio, con frecuencia cobran una altura elevada (entorno a 40 m. pueden llegar a tener muchas de ellas). Y si bien son árboles de salud robusta y potencial duradero, muchos de ellos no sobreviven a las mínimas inclemencias metereológicas. 
  • Date permiso para pasarlo mal, para caerte. Si tienes raíces endebles pero aún así, quieres llegar alto, si aspiras a superarte día a día y recorrer la vida como un ascenso, acepta la caída como un inevitable.

Y si la caída es inevitable, el dolor inherente a los malos momentos es necesario, saludable, indispensable. Debes aprender a sobrellevar y tolerar los malestares que conllevan las etapas vitales que siguen a los momentos difíciles. Saber esperar, pacientemente, a que el aliento se recupere y tengamos el aire necesario y suficiente para iniciar los pasos que nos permitirán seguir caminando hacia la siguiente etapa.

  • Si tus raíces son pequeñas o endebles, o si los pesares de la vida han ido cortando o disminuyendo tus soportes, debes apuntalarte bien si quieres escalar alto. 
  1. Rodéate de buenos apoyos. Potencia tus relaciones con personas sanas y que te aporten, toma decisiones y elige alejarte de actividades, personas que te resten.
  2. Practica actividades estimulantes y saludables, ¡Cuídate! y ¡Mímate!
  3. Potencia y desarrolla habilidades para tomar consciencia de tus estados internos. Acude a terapia, lee libros, estimula tu capacidad reflexiva, medita o practica mindfulness
  • No mires hacia otro lado, acepta tu pasado. Revuelve, reconstruye, reorganiza cuanto necesites hasta aceptar que tus raíces forman parte de ti, te pertenecen y no puedes cambiarlas. Eso no implica que no tomes decisiones de qué hacer con ellas, ¿me las corto? ¿me quito las partes que tienen hongo y están dañadas? ¿las dejo cómo están y me alejo a terrenos mejor abonados, más enriquecidos? No puedes cambiar tu pasado, pero puedes decidir qué tipo de relaciones tienes con quienes formaron parte de él. Los padres, los hermanos, los tíos, no se eligen, nos los dan puestos pero cuando somos adultos podemos elegir qué tipo de relación construimos con ellos.
    Y sino sabes cómo, si gestionar los cambios necesarios para mantener una relación no dañina con tu pasado se te atascan. Pide ayuda, existen muchas terapias eficaces para impulsarte.
  • Respeta los ritmos de crecimiento. Si te has caído y debes volver a “plantarte”, respeta los ritmos y las etapas, no te aceleres. Al igual que en la botánica y la jardinería no todas las épocas del año son idóneas para la siembra o para la poda, en la vida hay momentos en los que no se reúnen condiciones para construir, para crecer, para salir adelante. Cuando las fuerzas flaquean, cuando no ves la salida, no lo fuerces, espera. Simplemente dedica los esfuerzos de esta etapa hacia cuidar de ti y de tu espíritu. Vuelve a los orígenes y dirige tu energía a alimentar lo básico, reconstrúyete en base a actividades diarias de cuidados personales, diversión e introspección, esperando a ver y notar que recuperas energías, que comienzas a ver la salida. Y es ahí, cuando comienzas a ver luz y no antes, cuando toca ponerse en movimiento.

¿Qué te ha servido a tí? Dános ideas sobre aquello que te ayuda o ayudó en etapas difíciles, cuéntanos tu experiencia, completaremos el artículo con tus aportaciones. Puedes usar los comentarios, o simplemente escribirme un email con tu experiencia info@yuremadelafuente.com